Señora desastrosa que se dedica a hacer podcasts por amor al arte y a oir su propia voz y hablar durante horas de sus movidas pero que necesita pagarse los vicios (una grabadora propia, comida vegana, tés ricos y libros) y que aunque no esté en una situación vital que le permita comprometerse a proporcionar contenido de forma constante cree que la gente que hace cosas tiene derecho a cobrar por ellas a pesar de los cuentos que nos ha vendido el capitalismo. Entiendo si os parece una bobada darme dineros por lo que hago, pero cada cual según sus posibilidades y a cada cual según sus necesidades.