Enrique Rodríguez a través de su pluma explora lo divino y lo amado, lo divino, porque agradece al creador en sus poemas todo el disfrute que le ha otorgado en la vida, y a lo amado, porque en vapores del romanticismo le escribe a la mujer de sus sueños que galopa en su corazón. El prólogo de la antología es del Dr. Simón Trujillo, quien en vida fuera miembro del Círculo de Escritores de Venezuela.